Siete colores
Míralos, no puedo soportarlos. Se creen que pueden exhibirse sin vergüenza cuando deberían estar escondidos bajo piedras o curándose. Pero no, que va, en vez de eso se pavonean con orgullo, menudos mamarrachos. Me dan asco. Van de normales cuando son una aberración. Encima, después de lo que pasó el trimestre pasado, se han venido arriba, se han multiplicado como setas y todos tenemos que estar de acuerdo porque es lo políticamente correcto. Qué ganas de que acabe el curso y marcharme a la Universidad, bien lejos de aquí. - Toma Luis, el bocata. Mañana te toca a ti ir a por ellos - me dice Josema llegando al banco del patio del instituto con el resto del grupo. Es nuestro último año en este centro y el último en que todos estaremos juntos. Después cada uno buscará su camino, el mío espero que me lleve a Granada para hacer Derecho allí, a un punto de Andalucía lo suficientemente lejos de esto como pa...